miércoles, 17 de enero de 2007

SOÑANDO SIN MÍ

Se me hace difícil mostrarme tal como soy. Me escondo tras un disfraz que defino bajo mi nombre. Pero yo no soy esa que se empeñan en creer conocer. No soy la que ocupa el 100% de mi cuerpo, de mi mente, de mis risas, de mis llantos. No soy tan sólo una. Para ellos sí, pero cuando me encierro tras la puerta que me separa del resto del mundo, me quito todos los disfraces y, desnuda, me encuentro conmigo misma.
Tan solo yo sé como soy, como siento, como pienso. Me empeño en guardar para mí mis deseos, mis inquietudes y, talvez sin yo quererlo, cierro bajo llave la parte de mí que intento mostrar sin palabras a gente desconocida. Tal vez por eso me paso las noches pensando en ella. En silencio y sin más compañía que la desnudez de mis propios secretos. La invento tras cada suspiro que me devuelve a mi mundo paralelo. El de poder amarla en silencio sin que nadie se percate de ello. Dibujo su silueta a oscuras en mi deseo por sentirla cerca. Me alimento de la sed por sorber el aroma de su dulce piel. Tiento a las ganas de rozar con mis labios esa boca tan perfecta. Calculo que uno más uno no dan dos, sino un único cuerpo que, entrelazado, vive del placer infinito.
Pero cuando vuelvo a la realidad ella no está. Porque tan solo ve la parte que procuro demostrar. Como si fingiendo conmigo misma hiciera que mi vida partiera de dos mundos distintos: la fantasía y la realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wau!!!!! ni yo lo hubiese dicho mejor

besos