lunes, 1 de enero de 2007

Anécdotas

A veces pienso que debo tener un chip para que las cosas curiosas me pasen a mí. Una vez, en el tren, se me acercó un chico. Me miró y me dijo “por qué no te enrollas conmigo?”. Me quedé flipando. Yo y las otras dos personas que estaban escuchando la conversación. Obviamente yo, que venía de quedar con mi novia, le dije que no.

Otra vez, en la discoteca, un chico me dijo que se había enamorado de mí. Obviamente, son efectos de la noche, el alcohol, y demás. Yo estaba en un piso de estudiantes y, aún no sé cómo, terminó en mi cama, en calzoncillos, y yo mirándolo con cara de pocos amigos y resignándome a tumbarme ahí.

Pero el colmo fue el sábado. Iba con mi chica en tren, yendo hacia su casa, cuando empecemos a darnos besitos. Pocas veces nos damos besos en el tren, pero fue un momento de esos “dulzones”.

Al cabo de diez minutos, se acercó un hombre. Tendría unos 35 años. Nos preguntó si teníamos un cigarro. Como siempre, mi novia me miró, asegurándose así que a ella la descartan, y así la respuesta la tengo yo. Se lo di. Y entonces empezó a hablarnos. Tenía un tono de voz muy bajo. Empezó… “¿Puedo ir algún día a Barcelona con vosotras? Es que no conozco a penas nada”. Mi novia: “Pues hay muchos sitios”. Él: “Qué, ¿os estabais dando el lote?”. Yo: “Pues sí, que aquí estábamos tranquilitas”. Él: “No, si a mí no me importa, eh? Cuando queráis me hacéis una mamadita, que la tengo cachonda. Qué precio ponéis?”. Sí… Así mismo. Entonces miré alrededor, estábamos en el último asiento del último vagón. Solas. Me acojoné mientas intentaba aguantarme esa risa sarcástica que me invade cuando algo me parece surrealista. Pero conseguí contenerme. Total… El chico empeñado en encontrarnos. “¿Dónde os puedo ver? ¿Podré salir alguna vez con vosotras?”. Psicópata! Eso es lo que era. Cuando se bajó, solté infinitas carcajadas. Y mi novia me contó todo lo que le había pasado por la cabeza y callé al instante. Sinceramente, locos hay en todos sitios.

Al cabo de 10 minutos llegamos a la parada de autobús. Había una mujer. “Nena, mírame a que hora pasa el 3”. Miré, pero sólo estaba yo. Mi novia estaba a cinco metros. Empezó a hablarnos. Total, queríamos ir andando, pero nos convenció de quedarnos con ella. Fue la cara opuesta del individuo del tren. En fin… Una pasada de mujer. Tenía 65 años. Bueno, en navidades los cumple, según nos dijo. Era viuda y gracias a su hijo consiguió salir de casa, sacar fuerzas y echarse “un novio”, como ella le llama. Le tocó la lotería dos veces, hace el amor una vez por semana, y le enamoró la corbata de su ligue. Venía de bailar y tenía una vitalidad increíble.

Eso me hizo reflexionar acerca de la gente con la que convivimos, queramos o no. En realidad, nunca llegamos a conocer a nadie. Y, a la vez, las primeras impresiones con las que solemos quedarnos, muchas veces resultan confusas, difusas, y equívocas.

Hay mentes de toda clase. Desde niñatos que intentan hacerse los machos, pasando por pervertid@s insensat@s, y terminando por personas que son todo corazón y que, por mucho que no reconozcan una cara, cuentan lo felices que son. Tan solo, por compartir esa felicidad.

Y ahí me doy cuenta de lo poco que llegamos a conocer a la gente. Las circunstancias, a veces, son una oportunidad para abrirse.

3 comentarios:

Nosotras mismas dijo...

Bueno, para conocer a gente como el tipo del tren, prefiero ser anti social. Aunque luego, en contrapartida, está la señora y eso sí que merece la pena.

Besos

Anónimo dijo...

Siempre hay que estar atent@s, no perder oportunidades que la vida nos regala todos los días y en cualquier circunstancia, de modo que sobran los prejuicios y lo que se necesita es eso, estar abiert@s para que aprendamos de los demás y compartamos estas experiencias que nos enriquecen ¡para lo bueno y para lo malo!
Muchos besitosssssss y ¡buen finde!

P.D. Siempre será un honor y un placer compartir con vosotras cualquier visita que os animéis a hacer por estas tierras (lo digo tanto en nombre de Bonsai como mío).

Anónimo dijo...

No olvides a una chica que no conocías mucho y que averiguó cosas de tí. Luego te las soltó en una noche de alcohol y tú te quedaste más blanca que la camiseta de mi equipo favorito.

Ni tampoco olvides que Tess [era así?] nos unió irremediablemente xD

Tía, me olvidé de decirte algo jajaajajajaja soy lo peor, de verdad. Al final fui el jueves a Aire xDDDDDDDDD es que sabes qué? Igual acabo viviendo en el pueblo de tu novia... porque me pillaré colegio de por ahí... tocatelhigorodrigo!!!

Verás tú... xD

Un besito guapa