TÚ, TÚ Y TÚ

Me robas los sueños. Las horas. Los minutos. Los segundos. Y los pensamientos. Decidí no pensar en ti y fingir que ya no siento nada, pero no sirve de mucho.

Apenas te conozco. Y apenas me conoces. Pero no sé que ha salido mal en mi juego para terminar sintiendo esa sensación tan extraña y real a la vez.

Reconozco que nunca antes me había pasado. Que la primera vez que te vi pensé que eras demasiado perfecta para gustarme. Y yo, ignorante de mí, pensé que podría escoger sentirme atraída por ti o no hacerlo. Ahora compruebo que me equivoqué.

El tiempo ha dejado de tener sentido para tomarse un respiro haciéndote protagonista de mi vida… cuando comparto escenario con la soledad. Es como si en el fondo supiera que jamás serás mía pero, en algún momento de mi intimidad, tú aparecieras para pasar la vida entera a mi lado. No sé si es lo que quiero. Sí. Sí lo es. Pero es todo demasiado ¿imposible?... Yo nunca había usado esta palabra antes. Y ahora siento que todo está cambiando.

No nos conocemos más que de 5 horas, divididas en no más 7 días en un intervalo de dos meses. Por cuestión de roles lo que siento por ti podría ser tan solo una dulce fantasía… pero sé que no lo es. Tampoco quiero afirmar que lo que siento sea amor. No, porque el amor ya lo tengo en mi vida. Pero entonces ¿qué me pasa contigo? ¿Por qué cada vez que te veo deseo que el tiempo se pare y poder mirarte durante horas precisamente por ser “demasiado perfecta” para mí? Es extraño porque la primera vez que clavé mis ojos en los tuyos si algo supe fue que jamás me sentiría atraída por ti. Talvez porque me imaginaba que terminaría sufriendo buscando un sentido práctico que explicara porque he acabado dándote el honor de acompañarme en mis pensamientos.

Intento convencerme de que no es más que parte de tu trabajo, que con tod@s eres así… Pero no me cuadra imaginarme un beso por sujeto y un abrazo por persona. El arte de las miradas jamás lo he comprendido del todo, pero ver la tuya clavada en la mía hace que deduzca algo más que profesionalidad. Ya te digo, puede que tan solo sea un error estar pensando que algún día podré mirarte de frente y tener la seguridad de saber qué sientes.

Pero dudo que llegue ese momento. Tan sólo tengo un día más para verte. Y ya no tendré más ocasiones de que me pidas un beso, de sentir tu cuerpo abrazado al mío, de mirarnos sonriendo… De sentirte cerca, cerrar los ojos, y llenarme de felicidad.