Cruzar los dedos y soñar. Plantarle cara al tiempo y ganarle la partida. Reír tomando un cortado con esa amiga de toda la vida. Llorar de felicidad. Pensar en un mañana lleno de deseos cumplidos. Desear la vida que tienes.
Acariciar el aire con la cara. Sentir la brisa que te hace libre. Llenar el calendario de días marcados. Disfrutar mirando el mar. Deshojar una flor sin pensar si te quiere. Saber que te quiere.
Amar sin tener que ocultarlo. Dar un beso con el corazón. Abrir los ojos y ver que ella los tiene cerrados. Acariciar su mejilla. Besarle en la espalda. Sentirte bien contigo misma.
Adorar los lunes. Odiar los sábados. Disfrutar viendo amanecer sin haber dormido antes. Planear un viaje al revés. Quedarte sin batería cuando ibas a decir algo importante. Un mundo lleno de contradicciones.
Hablar con la mirada. Saborear el aroma de la vida. Levantarte con ganas de comerte el mundo. Aprovechar las oportunidades. Ganarte la confianza de alguien a quien aprecias. Ayudar a esa persona que te necesita. Mirar el techo con la luz apagada buscando respuestas. No lamentarse porque se acaba un día. Tener esperanza porque empieza otro.
Apretar la cara contra la almohada. Oler su perfume entre la multitud. Subir a un decimotercero y quedarte con ganas de más. Comprender la esencia de la vida. Reírte cuando estás triste. Recibir una sorpresa inesperada. Reservar cinco minutos al día para no pensar en nada. Escuchar esa canción especial.
Sentirte única. Verte especial. Lanzar una piedra al mar y ver como se hunde. Tumbarte en el césped. Cruzar miradas con un desconocido/a. Sentirte radiante. Decir a los tuyos que los quieres. Comer sin mirar las calorías. Pasear al perro sin refunfuñar. Escribir porque te sale de dentro.
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